es difícil, y la probabilidad de que alguien escuche una conversación
entre dos interlocutores se incrementa conforme lo hace la distancia que
las separa. Dado que Internet es verdaderamente global, ningún secreto
de valor debería ser comunicado a través de ella sin la ayuda de la
criptografía.
En el mundo de los negocios, información como números de tarjetas de
crédito, autentificaciones de clientes, correos electrónicos e incluso
llamadas telefónicas acaba siendo enrutada a través de Internet. Ya que
gran parte de esta información corporativa no debe ser escuchada por
terceras personas, la necesidad de seguridad es obvia.
Sin embargo, la Seguridad en Internet no es sólo una
preocupación empresarial. Toda persona tiene derecho a la privacidad y
cuando ésta accede a Internet su necesidad de privacidad no desaparece.
La privacidad no es sólo confidencialidad, sino que también incluye
anonimato. Lo que leemos, las páginas que visitamos, las cosas que
compramos y la gente a la que hablamos representan información que a la
mayoría de las personas no les gusta dar a conocer. Si las personas se
ven obligadas a exponer información que normalmente desean ocultar por
el hecho de conectarse a Internet, probablemente rechazarán todas las
actividades relacionadas con la red.